El crecimiento de la economía y la recaudación de impuestos van mano
con mano de las transacciones que se produzcan en la sociedad. Lo mejor
para la economía es que el dinero corra de mano en mano, que la gente
compra y venda, que haya muchas transacciones. De esa forma todos los
involucrados ganan, se enriquecen, generan empleo y en cada transacción,
el Estado cobra impuestos. A más transacciones, más impuestos.
En una economía donde se producen muchas transacciones rápidas el
Estado recauda muchos impuestos y se genera empleo. En una economía
donde se ralentizan la transacciones, se producen menos intercambios,
todos nos empobrecemos y el Estado recauda menos.
Lamentablemente tenemos un gobierno de funcionarios públicos que
parecen no conocer cómo funciona la economía real y que van de
ocurrencia en ocurrencia, de improvisación loca en improvisación loca,
produciendo inseguridad a todos los participantes del mercado y creando
desconfianza en los inversores. Si había alguna esperanza que las
torpezas de Zapatero se iban a superar está claro que el gobierno de
Rajoy insiste en ellas. El dinero está huyendo de España al ver la
incompetencia y la torpeza de un gobierno estatista que parece incapaz
de comprender cómo funcionan los mercados y los inversores.
Cada vez que oigo un político hablar de los "especuladores" ya sé que
no tiene ningún respeto a los inversores. Es imposible distinguir entre
un ahorrador/inversor y un "especulador".
Son gente simplemente que
busca la mejor rentabilidad para sus ahorros. Si ese ministro resulta
que es el ministro de Hacienda es para echarse a temblar y sacar tus
ahorros del país lo antes posible. Montoro, Ministro de Hacienda, no
dudó en llamar "especuladores" a los ahorradores que invierten su dinero
en nuestro país. En vez de agradecer a los inversores que invierten,
aunque sea a corto plazo, en España, parece que le molestan. Ahora los
inversores ya saben que no son bienvenidos en España. Como si se tratase
de una mala hierba a extirpar Montoro prometió ante el Congreso que iba
a penalizar sus inversiones para "luchar contra la especulación":
Al gobierno le parece mal que alguien "compre un día y venda al día
siguiente". Es una locura insensata que pone los pelos de punta. Esta
medida generará aún peores ingresos públicos. Más déficit. Más paro. Más
pobreza. Más deuda. Más recortes. Quiero ilustrarlo con varios
ejemplos.
Una ampliación de capital "puente" es aquella que se hace para
financiar a una empresa que necesita capital mientras está negociando su
re-financiación o una venta de sus activos. En esas ampliaciones los
socios de la empresa ponen dinero unos meses mientras la empresa busca
solucionar su crisis, pasados esos meses, la empresa puede venderse a un
tercero por ejemplo. A un emprendedor que esté buscando que sus
inversores financien esos meses ahora le resultará imposible. Muchos
menos inversores estarán ahora interesados en realizar inversiones en
empresas que necesitan liquidez a corto plazo. Las financiaciones a
corto plazo están tan penalizadas que no interesan como inversión. Esta
medida de facto mata todas las ampliaciones "puente". Cerrarán más empresas que eran viables. Más gente irá a la calle innecesariamente. Se destroza actividad económica.
Otro ejemplo. Hasta ahora la venta de una propiedad que caía en
herencia solía hacerse lo más rápido posible por repartir el dinero
entre los herederos. Ahora si esa venta se realiza antes de un año hay
que pagar mucho más impuesto por lo que todos los herederos tendrán que
esperar un año para vender su inmueble si no quieren verse penalizados.
Hasta ahora el gobierno cobraba en un año, ahora, por incompetente,
tendrá que esperar un año más para cobrar sus impuestos, no sólo de la
venta inmobiliaria, sino en la venta de cualquier patrimonio. Ahora
que el Estado necesita recaudar lo más posible lo antes posible, se
dispara en el pie y empuja a todos los que tengan que vender un activo a
esperar un año, retrasando también el pago de impuestos. Es
tan grotesco que parece el gobierno de Ubu Rey. Antes un inversor solo
tenía que preocuparse de si su inversión iba bien o mal. Ahora tendrá
que meter en el cálculo el tiempo que lleva invertido, retrasando la
venta (y el pago de impuestos) si quiere hacer liquidez. Cuanto más
retraso peor para el Estado que cobrará lo mismo... más tarde! Con lo
que aumentará el déficit público y la necesidad de más deuda. De locos.
Otra de las desagradables consequencias inesperadas de esta ley es
que complicará enormemente el pago del impuesto. Hasta ahora el impuesto
tenía la ventaja de ser sencillo de pagar. Tanto has ganado en bolsa
tanto pagas. Ahora el pago dependerá de tu declaración de la renta
creando una incertidumbre tremenda (y posibilidad de fraudes, claro).
Hoy por hoy ningún asesor de impuestos sabe decirte como funcionará la
nueva situación. ¿Si ganas 50.000 euros en tu trabajo pero pierdes
100.000 euros en bolsa significa que no tienes que pagar renta? Antes
pagabas IRPF de tus ingresos y las pérdidas en bolsa se dotaban para
compensar a futuro ¿Ahora? Si las ganancias de capital van a tu IRPF
sería injusto que fuesen sólo las ganancias y no las pérdidas ¿no? ¿Si
tu IRPF es bajo e inviertes en bolsa, significa que al ganar en bolsa
tendrás que pagar también más por tus ingresos de renta normales? La complejidad de pago del nuevo impuesto hará que se retrasen más los cobros, de nuevo poniendo en dificultad las cuentas públicas.
Me temo que esta medida es un despropósito fallido más de este gobierno. Igual que la Amnistía Fiscal ha sido un sonoro fracaso,
apenas ha recaudado un 2% de lo esperado. Igual que la Reforma Laboral,
otro sonoro fracaso que lo único que ha conseguido es llenar los
tribunales de lo laboral de pleitos sin que las empresas que lo
necesitan puedan ajustar su plantilla (y acaben cerrando despidiendo a
todo el mundo).
Las medidas hay que pensarlas y hacerlas bien. Si se quiere subir el
impuesto de plusvalías pues que se suba y punto, pero eso de subirlo
unido a un plazo de más o menos de un año y que encima eso vaya unido a
tu nivel de IRPF es un error que pagaremos caro como país.
Mientras la mentalidad anti-empresa y anti-inversor siga instalada no
sólo en la mentalidad de los españoles sino en la cabeza de los propios
ministros del gobierno el dinero seguirá saliendo de España y nuestro
país se irá metiendo cada vez más en un ciclo negativo de destrucción de
empleo, riqueza y tejido empresarial.
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